Proyecto Impars
Coordinadora: Núria Garí
Entrevista
Texto: Ariadna Peinado
Fotos: Quim Roca Mallarach
¿Cómo descubriste que ilustrar era tu pasión?
Hacer dibujos me ayudaba a memorizar todo lo que me preguntaban en los exámenes. Me lo aconsejó mi padre: que dibujara lo que tenía que aprenderme de memoria, para retenerlo más fácilmente. Y así, entre examen y examen, descubrí mi pasión por dibujar y desde entonces no lo he dejado de hacer. Eso sí, si te soy sincera, mi memoria no ha mejorado mucho, pero mi estilo ha evolucionado bastante.
¿Tienes algún artista o método que te ayude a inspirarte?
De artistas, hay unos cuantos: dos escritores como Gianni Rodari y Joana Raspall, y unos cuantos ilustradores, como Marta Altés, Jon Klassen, Iban Barrenetxea o Elena Odriozola. De todas formas, creo que la inspiración se puede entrenar: es necesario ser constante y riguroso, pero se puede conseguir.
En mi caso, durante una larga temporada me propuse hacer un dibujo cada día y colgarlo en las redes. Este reto me ayudó a ser más ágil a la hora de tener buenas ideas. Pero entonces surgieron nuevos compromisos laborales y tuve que dejar esa rutina, que espero recuperar pronto.
También tengo otras formas de inspiración como usar nuevas técnicas de creación. Normalmente dibujo primero a lápiz y entonces paso el dibujo a digital y lo acabo. Pero cuando pruebo otras técnicas, como dibujar con un pincel o una caña, con collage…, la mente se abre y salen nuevas ideas.
Por supuesto, viajar también es fundamental para mí: son momentos para conocer nuevos parajes, lugares que la mente no conozca, espacios que no esté acostumbrada a ver.
Al final, esta inspiración te sirve tanto para cuentos como para carteles. ¿Es muy diferente ilustrar para unos que para otros?
Bien, en realidad, uno de mis objetivos principales a la hora de hacer una ilustración es comunicar un mensaje, y el cuento y el cartel son formas muy diferentes de hacerlo. El cartel sólo tiene unos segundos para captar el público, el cuento, aunque su portada actúa como un cartel, tiene muchas páginas para poder enamorar a su lector o lectora.
Y ¿por qué te lanzaste a hacer carteles también?
Me gusta hacer carteles por el reto que suponen, porque se tiene que sintetizar una información determinada y solo se tiene el espacio de un rectángulo para hacerlo, normalmente un A3. Es necesario saber combinar el texto con la ilustración, y que a la vez impacte y sea agradable a la vista. Es como tener que resolver un puzle de miles de piezas sin tener la fotografía de muestra.
En este sentido, siempre recuerdo lo que decía el cartelista, grabador y bibliófilo de Olot, Miquel Plana: “Un cartel tiene que ser una bofetada en la cara”. Desconozco si alguno de mis carteles ha sido una bofetada en la cara de alguien, pero espero que haya animado a la gente que lo haya visto a conocer el acto que se anunciaba.
De todas tus obras, ¿tienes alguna preferida?
En realidad, tengo mucha estima a cada uno de los carteles que he hecho, por todo lo que me han aportado y he aprendido haciéndolos. Pero si tuviera que escoger uno, ahora mismo me quedaría con el de la Feria del Cuento de Medinyà, del pasado mes de mayo. En pocos centímetros de papel puedes ver a Hansel y Gretel corriendo por un bosque. Y si observas el cartel de lejos, puedes apreciar a la bruja. En cuanto a los cuentos, de los que estoy más contenta son de los Contes amb Ciència de la editorial Comanegra, porque he podido combinar mi pasión por la ilustración con mi parte más científica.
¿Hay mucha diferencia entre ilustrar para un público de una edad determinada o de otra?
Yo creo que sí. En mi caso, desde que comencé a ilustrar cuentos infantiles. Pero también me gusta dibujar para un público más juvenil y adulto. Las ilustraciones dirigidas a los más pequeños suelen ser más sencillas y de colores más vivos mientras que para el público juvenil suelen ser más detalladas y realistas. Sobre las que se hacen para adultos no las sabría catalogar, pueden ser tan variadas como autores pueda haber.
¿Tienes otras pasiones a parte de la ilustración?
Me gusta hacer muchas otras cosas, pero dibujando, puedo estar horas y horas y no cansarme, ni darme cuenta de que se ha hecho de noche o que han pasado tres días.
¿Por qué decidiste probar con la fotocomposición?
Un día cayó en mis manos una revista de ilustración y vi las creaciones de Annelinde Tempelman, que hacía composiciones de fotografía con sus personajes. Lo encontré muy divertido y probé de hacerlo con mi estilo.
¿Normalmente repites personajes en tus ilustraciones? Si es así, ¿cuáles y qué historia tienen detrás?
No, no lo suelo hacer, excepto en cuentos o historias donde, lógicamente, los personajes aparecen en diferentes escenas. Supongo que aún no ha nacido un personaje mío propio…, pero esta pregunta me da ideas interesantes.
Si tuvieses que escoger entre ser ilustradora o profesora, ¿qué escogerías?
Siempre he pensado que vivir exclusivamente de la ilustración sería mi sueño hecho realidad. Pero en el camino para conseguirlo me he encontrado haciendo de profesora y, mira por dónde, también me gusta. Además, tengo la suerte de poder combinar los dos trabajos y se complementan totalmente. Uno es solitario y tranquilo y en el otro trato con personas de forma constante y desenfrenada.
¿Cómo te planteas el proyecto de la postal de Navidad por UIC Barcelona? ¿Qué quieres transmitir con ella?
Me pareció un nuevo reto interesante. Tener que combinar un cuadro clásico con mis ilustraciones era divertido y original. Me lo tomé como una oportunidad de formar parte de la historia del arte, de aprovechar una pieza que ya es una obra maestra para crear una nueva. Concretamente, en lo que he hecho mi intención es que transmita de una manera más moderna el mensaje de la Navidad: la familia, amarnos entre todos y que todo irá bien pase lo que pase. En resumen, plantear todo lo bueno que sentimos y pensamos en esta época, transmitir la alegría de la Navidad.
¿Qué es el arte?
Para mí el arte es una forma de vida, de expresarme y comunicarme.
¿Cómo te definirías en cinco palabras?
Creativa, tiquismiquis, prudente, sensible y soñadora.